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La huella ambiental de la Inteligencia Artificial

La Inteligencia Artificial (IA) ha hecho avances significativos en diversos campos en los últimos años. Sin embargo, su impacto ambiental ha sido objeto de escrutinio. Un estudio de la Universidad de Massachusetts Amherst revela que el entrenamiento de un modelo de IA puede emitir hasta 626 mil toneladas de CO2, lo que equivale a la huella ecológica de cinco automóviles durante toda su vida útil.

Una analogía intrigante de un artículo del Instituto de Tecnología de Massachusetts compara la industria de la IA con la producción de petróleo debido a las similitudes en los procesos de extracción y refinamiento de datos que producen productos altamente rentables. Esta comparación se extiende aún más cuando se consideran los impactos ambientales; al igual que la extracción y refinamiento de petróleo, el aprendizaje profundo ejerce efectos ecológicos considerables.

Por ejemplo, el entrenamiento de GPT-3 resultó en emisiones de 552 toneladas de CO2 con un consumo de energía de 1287 MWh, una cifra que equivale a lo que consumiría un hogar estadounidense promedio durante 120 años, según una investigación realizada por individuos de Google y la Universidad de California, Berkeley.

En nuestro proyecto en curso, hemos establecido una tasa de gasto de carbono de 4.32 gramos por consulta. Con aproximadamente 100 consultas procesadas semanalmente, esto se traduce en una huella de carbono específica que buscamos comparar con otras actividades o productos comunes para obtener una perspectiva.

Al trazar estas comparaciones utilizando ejemplos del mundo real, como la vida útil de los automóviles o las tasas de consumo de energía de los hogares durante períodos de tiempo que abarcan décadas o incluso vidas, podemos comprender mejor la escala de las emisiones asociadas con diferentes puntos de referencia.

Por ejemplo, si consideramos que nuestro proyecto genera 4.32 g de CO2 por consulta y procesamos 100 consultas por semana, esto resulta en una emisión de 432 g de CO2 por semana. En un año, esto suma aproximadamente 22.464 g, o 22,46 kg de CO2. Para poner esto en perspectiva, un vuelo de Nueva York a San Francisco emite 1,984 libras,aproximadamente 900 kilos de CO2, según Strubell et al. Esto significa que nuestro proyecto, con 100 consultas por semana, emitiría aproximadamente el 2.49% de CO2 de un solo vuelo de Nueva York a San Francisco en un año.

Por supuesto, podemos buscar una comparación más cercana a las emisiones de CO2 de nuestro proyecto. Según los datos que encontré, la emisión media de CO2 por kilómetro recorrido en un coche de gasolina es de aproximadamente 120 g.

Si nuestro proyecto genera 22.46 kg de CO2 en un año, esto sería equivalente a recorrer aproximadamente 187.17 km en un coche de gasolina en un año. Esto se calcula de la siguiente manera:

Esto significa que las emisiones de CO2 de nuestro proyecto durante un año son aproximadamente equivalentes a las emisiones de un coche de gasolina que recorre 187.17 km.

Estas comparaciones nos ayudan a entender la magnitud de las emisiones de CO2 asociadas con el uso de la IA y a buscar formas de minimizar nuestro impacto ambiental mientras seguimos aprovechando los beneficios de esta tecnología.

Referencia: https://es.linkedin.com/pulse/ia-y-medio-ambiente-navegando-un-futuro-sostenible-fgvbf